lunes, 13 de diciembre de 2010

El show de Truman y el Mito de la Caverna de Platón.

 
El show de Truman es una película estadounidense de 1998. En ella se plantea la situación de un hombre que ha servido como experimento. El protagonista, Truman, nace y crece en un plató de televisión, en el que todo lo aparentemente real son verdaderamente decorados, actores y actrices. Todo ello lo controla desde una falsa luna el director del show. He aquí las primeras similitudes. Si observamos estos rasgos, podemos hallar coincidencias con el mito de la caverna enunciado por Platón en su libro “La República”. De este modo, el mundo en el que vive guarda similitudes con el interior de la caverna, puesto que los decorados, los actores y las actrices representan las copias sensibles de la realidad inteligible, la cual es, en este caso, el exterior. También se pueden apreciar parecidos entre la luna y el Sol (que para Platón sería la representación visible de la Idea de Bien) y entre el director del show y Demiurgo, pues éste ha creado ese mundo copiando el exterior, al igual que el segundo hizo con las Ideas. Cuando Truman empieza a sospechar de su entorno trata de escapar en barco (superando su miedo al mar) y, tras las muchas trabas que le pone su particular Demiurgo, consigue finalizar su trayecto, sorprendido, al chocar con la pared celeste del decorado. Este último paralelismo representaría la costosa y escarpada subida que implica el paso desde los grados menores del saber (imaginación y creencia) hasta los mayores (pensamiento e inteligencia). De este modo la superación inicial de sus miedos sería similar al estudio de las matemáticas, útil antes de pasar a un modo más complejo de aprendizaje, como sería el de ver las puras Ideas, simbolizadas con la salida al exterior del plató  






Carlos Castelló

"Pienso, luego existo" ¿Pienso porque existo?...¿Existo porque pienso?

Pensar...esa herramienta tan útil e única que tienen los humanos, pensar y hacerlo razonablemente es lo que nos distingue de cualquier otro ser.
Desafortunadamente, en ocasiones no hacemos uso de nuestro pensamiento, y poco a poco...se desentrena, se deteriora. Si no piensas, si no te esfuerzas en razonar  o simplemente comprender las cosas, puede llegar el momento en el que te cueste pensar, y llega a ser tal el esfuerzo que ni si quiera lo intentas.
Por lo tanto, hagamos uso de nuestro pensamiento, que es muy valioso, y ni siquiera nosotros mismos sabemos a donde podemos llegar con nuestras ideas, sentimientos, pensamientos...hay que entrenar...de tal forma que pensar y razonar sea parte de nuestra vida y no nos cueste ni nos de pereza hacerlo.


Está claro que todos pensamos, aunque sea mínimamente, piensas a dónde vas, que quieres hacer ahora...Pero, debemos pensar más allá, pensar de una manera filosófica para enfrentarnos mejor a nuestros problemas diarios, a nuestras razones de ser...


Podemos pensar, porque existimos,porque tenemos inteligencia entre otras cosas, por lo tanto <Pienso porque existo>.


¿Existimos porque pensamos? existimos, porque existimos, porque fuimos creados, y una de las cosas que necesitamos para seguir existiendo y viviendo, es pensar, para poder desenvolvernos en nuestra vida diaria, por lo tanto también se podría decir entre otras cosas que <Existo porque pienso>


Y ahora bien, lo ideal sería pensar, y luego existir. ¿Por qué?  Porque si primero pensamos, existiremos, actuaremos y viviremos mejor, o por lo menos, pensando primero antes de actuar, nos evitaremos problemas, y sabremos enfrentarnos mejor a nuestra vida.
¿Cuántas veces existimos sin  pensar? Decimos...me tendría que haber mordido la lengua... Algunas veces hablamos sin pensar. Para ello...Cogito ergo sum. Pienso, luego existo; y seremos mejores en nuestras vidas por el simple hecho de pensar antes, y sobre todo pensar.


Estela Sánchez*